El pastor leonés ya tiene monumento en una alta majada cerca de Las Salas.

e. gancedo | león 30/08/2013

La majada de Matascalientes, en Las Salas, donde durante tantos siglos pasaron sus días y sus noches los pastores y las ovejas, y los mastines guardianes siempre pendientes del lobo, luce un nuevo símbolo con el que los vecinos de la comarca han querido rendir homenaje a este oficio muchas veces milenario y hoy en peligro de extinción.

Han sido los miembros de la asociación El Escubiello quienes decidieron erigir sentido tributo a los pastores de la Montaña Oriental Leonesa en forma de un elemento muy representativo de su quehacer, el turullo o cuerno que se hacía sonar para que acudieran las diferentes especies a la vecera (el rebaño comunal) de ovejas, pero también de vacas y de cabras. Lo tocaba el pastor contratado y con él subía el vecino correspondiente, tantos días por tantas cabezas de las que fuese propietario. Todo justo y cabal según las ordenanzas antiguas.

Como informaron Manuel Rodríguez Pascual y Daniel Tejerina, el monolito consta de un cuerno auténtico, tallado por Alfredo González, sujeto por una armadura de hierro sobre un conjunto de piedras y una placa: En recuerdo de todos los pastores de Las Salas. «Subimos los materiales, el cemento y la arena, en un todoterreno hasta la collada, y de allí, a pie, quince personas lo transportamos durante 25 minutos», explica Rodríguez Pascual, miembro de la asociación, veterinario y autor de algunos de los más completos libros sobre trashumancia editados hasta la fecha.

«Aunque el turullo se empleaba en la vecera, para los ganados que permanecían en el pueblo, esta majada era ocupada por merinas trashumantes, sobre todo por los carneros cuando eran separados de las ovejas», cuenta, y recuerda que eran animales del Marqués de Perales, muy ligado a la Montaña de Riaño y cuyos mayorales solían proceder de Tejerina. «Tenía cabañas muy importantes, de nueve rebaños y cada uno con 1.300 cabezas, nada que ver con el panorama actual; la oveja está ausente de estos puertos, que se arriendan al vacuno extensivo». Eso sí, un turullo las recuerda. Y si el visitante lo sabe soplar, suena con su sonido antiguo y noble.Fuente: diariodeleon.es
Vista del homenaje a los pastores de Las Salas.el escubiello