Buena mañana de sábado 22 de agosto. Sábado espléndido de
verano. Iniciamos viaje desde León hacia nuestra montaña. Exquisita tostada con
mantequilla para desayunar en Valdoré donde nos encontramos con familiares y
seguimos rumbo ya hacia nuestro destino, Lois.
Pasando por la vega de Alión, y a la vera del río Dueñas,
un camino serpentea que nos pone en Salamón y nos acerca a Valbuena y Ciguera
para llevarnos finalmente a Lois. Aquí llegaron para compartir día familiares desde
muchos puntos de España.
Se celebra un homenaje. Persona culta e ilustrada,
Salvador Alonso, que entre otros títulos fue canónigo en Cuenca formando parte
del Cabildo del que fue Magistral y Deán de la Catedral, Prelado de su Santidad
y académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando.
Homenaje organizado por la Asociación La Cátedra de Lois
y presidido por Dª Margarita Morais, de la Academia de Bellas Artes, por el
Vicario General de la diócesis de Cuenca, por el párroco de Acevedo, por Julia
Alonso González y dio prestigio al acto la presencia del Sr. Obispo de León.
Sabias intervenciones de los conferenciantes que nos
llevaron a conocer historia de estos lugares y realizaciones y virtudes del
homenajeado. Exquisita intervención de Dª Margarita Morais que, nacida en
tierras de Cantabria, es hoy hija adoptiva de León, donde reside ya por 42
años. De comunicación fácil y agradable como el sonido de la música que apoya y
promociona por medio de la Fundación que preside.
A continuación y en representación de nuestra familia nos
habla Julia Alonso González en una emotiva intervención, con palabras
emocionadas y emocionantes logrando transmitir
a los asistentes esa sensación de afecto y poniendo en la solemnidad del
acto la parte afectiva y familiar. Con palabras sencillas, limpias y su saber
hacer en la redacción de su comunicación logró llegar a sentimientos profundos
de quienes la escuchamos y provocó alguna lágrima de emotividad. Así lo
confirmo el alargado aplauso a su intervención y así lo resaltó en Sr. Obispo
de León en el cierre de este homenaje.
Fuimos a la casa donde nació D. Salvador para descubrir
una placa en su recuerdo.
Y colorín, colorado. Fue agradable y al son del rabel o
bandurria (por tocarlo sentado y sobre las piernas) nos despedimos. Y así se
disolvió la reunión.
Benito Alonso.